El pasado miércoles 12 de diciembre tuvo lugar, con éxito, el lanzamiento por la República Popular Democrática de Corea del satélite Kwangmyongsong-3, alojado a bordo del cohete Unha-3. El cohete fue lanzado exactamente a las 9:46 horas del día 12 de diciembre desde el Campo de Lanzamiento de Satélites "Sohae", situado en la provincia de Pyongan del Norte, y puso el satélite en la órbita prevista a las 9:59, 9 minutos y 29 segundos después de su lanzamiento.
El satélite científico-técnico dispone de los medios de medición y comunicación necesarios para la observación del globo terrestre. El lanzamiento exitoso del satélite es resultado de una política que da importancia a la ciencia, a la técnica y a la economía nacional, asimismo, se constituye en un acontecimiento trascendental para desarrollar esas áreas de conocimiento científico que llevan a nuestro país a ejercer plenamente el derecho independiente de usar el cosmos con fines pacíficos, según informa la Agencia Central de Noticias de Corea.
Los EEUU, Japón y Corea del Sur condenaron el lanzamiento, acusando a la RPDC de realizar de forma encubierta pruebas de misiles balísticos de largo alcance, acusación que no se sustenta, pues hasta el propio Pentágono reconoció la entrada en órbita del satélite. "El cohete descolgó un objeto que entró en órbita", afirmó el Comando de Defensa Aeroespacial Norteamericano (NORAD) la misma tarde del 12 de diciembre. Esta fue la primera vez que este organismo corroboraba la información oficial de la RPDC.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de la RPDC declaró después el éxito del lanzamiento del satélite Kwangmyongsong-3, afirmando que "el lanzamiento victorioso del satélite artificial es un trabajo realizado con fines pacíficos, correspondiente al legado del Dirigente Kim Jong Il y parte del plan de desarrollo científico-técnico para mejorar las condiciones de vida del pueblo coreano, feliz y emocionado, que aprovecha para compartir esa alegría felicitando sinceramente a toda la humanidad progresista".
Entre tanto, fuerzas hostiles han estado cuestionando injustamente nuestro derecho de llevar a cabo el lanzamiento del satélite con fines pacífico, sobre el pretexto de que estamos "violando resoluciones" del Consejo de Seguridad de la ONU.
El derecho al uso pacífico del cosmos está reconocido por el derecho internacional, que expresa la voluntad general de la sociedad mundial, y por tanto, no es un tema en el que el Consejo de Seguridad tenga que imponer sus reglas.
Parte del sentimiento de hostilidad contra la RPDC trata de ver obstinadamente el lanzamiento del satélite artificial (únicamente cuando lo lanza la RPDC) como un disparo de misiles de largo alcance con fines militares, como un acto provocador y como un factor de agravamiento de la situación de tensión en la Península coreana.
La concepción de la hostilidad no convence a nadie, pues mediante el enfrentamiento ningún problema puede resolverse.
"Deseamos que todas las partes interesadas mantengan el buen juicio y la serenidad para que la situación no avance en un rumbo que nadie desea". Con estas palabras concluía el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores su intervención tras el lanzamiento del satélite Kwangmyongsong-3.