Pyongyang, 23 de febrero (ATCC) -- Estados Unidos y Japón vinieron confabulando desde hace mucho tiempo para convertir Okinawa en una base militar para la agresión a Corea.
En esta localidad japonesa están concentradas más de 40 mil uniformados y más de 60 bases de tropas norteamericanas incluso el aeropuerto de Kadena, base naval de mayor dimensión en el Extremo Oriente con dos pistas de 4 mil metros. Y están las fuerzas aéreas tácticas y estratégicas y la aviación de la marina.
En la pasada guerra coreana EE.UU. utilizó este islote como su base de operaciones y de abastecimientos militares. Y fortalece su capacidad militar concediéndole gran importancia estratégica.
Hace poco, se dio a la publicidad un documento diplomático que revela que desde la década de 1960 el gobierno japonés consideraba la base militar de Okinawa como un disuasivo para el tiempo de emergencia de la Península Coreana.
Las fuerzas armadas concentradas en la base militar de Okinawa dirigen la cabeza de ataque a la Península Coreana.
Uno de su grueso es la infantería de marina de EE.UU.
En Okinawa se estacionan más de 15 mil efectivos de la marina incluso la división no. 3.
Siempre que se desarrollaban los ejercicios militares conjuntos entre EE.UU. y Japón, entre EE.UU.y los títeres surcoreanos en el Sur de Corea y su contorno, esta unidad desempeña un rol de vanguardia.
EE.UU. considera Okinawa como base avanzada más adecuada para cumplir su estrategia sobre Corea.
La aviación no.18 es otra unidad norteamericana que está en disposición combativa para atacar la Península Coreana. Los cazabombarderos de distintos tipos pertenecientes a este destacamento revisan y perfeccionan las operaciones aéreas tomando parte en los ejercicios militares entre EE.UU. y el Sur de Corea y entre EE.UU. y Japón.
Lo grave del caso es que las aeronaves como "RC-135", "EP-3", "WC-135W" y "U-2", emplazadas en la base militar de Kadena, se entregan al espionaje aéreo sobre el estado general de la Península Coreana.
Okinawa se convierte en la base de salida, intermedio y abastecimiento de las tropas norteamericanas para la agresión a Corea.
Japón debe reflexionarse de la consecuencia que emane de la concesión de su territorio a EE.UU., en adhesión a su política de guerra.
En esta localidad japonesa están concentradas más de 40 mil uniformados y más de 60 bases de tropas norteamericanas incluso el aeropuerto de Kadena, base naval de mayor dimensión en el Extremo Oriente con dos pistas de 4 mil metros. Y están las fuerzas aéreas tácticas y estratégicas y la aviación de la marina.
En la pasada guerra coreana EE.UU. utilizó este islote como su base de operaciones y de abastecimientos militares. Y fortalece su capacidad militar concediéndole gran importancia estratégica.
Hace poco, se dio a la publicidad un documento diplomático que revela que desde la década de 1960 el gobierno japonés consideraba la base militar de Okinawa como un disuasivo para el tiempo de emergencia de la Península Coreana.
Las fuerzas armadas concentradas en la base militar de Okinawa dirigen la cabeza de ataque a la Península Coreana.
Uno de su grueso es la infantería de marina de EE.UU.
En Okinawa se estacionan más de 15 mil efectivos de la marina incluso la división no. 3.
Siempre que se desarrollaban los ejercicios militares conjuntos entre EE.UU. y Japón, entre EE.UU.y los títeres surcoreanos en el Sur de Corea y su contorno, esta unidad desempeña un rol de vanguardia.
EE.UU. considera Okinawa como base avanzada más adecuada para cumplir su estrategia sobre Corea.
La aviación no.18 es otra unidad norteamericana que está en disposición combativa para atacar la Península Coreana. Los cazabombarderos de distintos tipos pertenecientes a este destacamento revisan y perfeccionan las operaciones aéreas tomando parte en los ejercicios militares entre EE.UU. y el Sur de Corea y entre EE.UU. y Japón.
Lo grave del caso es que las aeronaves como "RC-135", "EP-3", "WC-135W" y "U-2", emplazadas en la base militar de Kadena, se entregan al espionaje aéreo sobre el estado general de la Península Coreana.
Okinawa se convierte en la base de salida, intermedio y abastecimiento de las tropas norteamericanas para la agresión a Corea.
Japón debe reflexionarse de la consecuencia que emane de la concesión de su territorio a EE.UU., en adhesión a su política de guerra.
Fuente: Agencia Central de Noticias de Corea.