En este cuarto y penúltimo artículo sobre la Educación, cerraré la parte dedicada al análisis histórico de la Educación socialista en Corea. El periodo que cubre es desde los años 80 hasta la actualidad.
Una vez finalizada la parte histórica, el artículo analiza los principios directrices que guían en general la Educación en Corea del Norte. Es decir, aquellos valores inherentes a todo el proceso de construcción de una Educación socialista y que son plenamente vigentes a día de hoy.
Empezamos, por tanto, con la última etapa de la historia de la Educación en Corea.
2.7 – La Intelectualización de toda la sociedad (1980 – actualidad)
Empezaré por situar el contexto de los años que analizo, tal como he hecho en los anteriores artículos. Leyendo los anteriores artículos, se puede recordar que el crecimiento económico norcoreano había sido impresionante desde los años 50. Durante la década de los 70, el crecimiento económico creció cada año, de media, un 15'9%1.
Este crecimiento anual está entre los más altos del mundo.
La producción industrial se multiplicó 3'9 veces durante la década y la producción de artículos de consumo 3'7 veces. En 1974, la producción de cereales se elevó a 7 millones de toneladas, en 1977 a 8'5 millones y hasta 9 millones en 1979.
En 1974, Corea se convirtió en el primer país del mundo en abolir completamente los impuestos.
Otros dos datos dan idea del incremento del nivel de vida durante esta década. El primer dato es que durante esta década, el nivel medio de los salarios aumentó un 31'5%. Al mismo tiempo, 21'800 tipos diferentes de artículos bajaron de precio, traduciéndose esto en una bajada general del precio de los artículos de consumo de entre el 30 y 50%. Todo esto supuso un considerable aumento de la capacidad adquisitiva de los norcoreanos. Al mismo tiempo, se desarrollaron grandes campañas de construcción de vivienda2, de mejora del nivel de vida (como la campaña de entregar una televisión a color a todas las familias del país) y, en general, en todos los ámbitos.
Los años 80 siguieron la misma tendencia. Hasta 1984, el ritmo de crecimiento económico fue de un crecimiento anual del 12'2%. Se pusieron a funcionar 17'785 nuevas fábricas y talleres modernos. En 1984, la producción de cereales se elevó a 10 millones de toneladas, cifra histórica para un país con menos del 18% de la superficie arable. Se consignó gracias a las masivas inversiones en la agricultura, que multiplicó 1'4 veces el área irrigada respecto a 1980, 1'3 el número de camiones de transporte agrícola, 1'5 el número de tractores, 2 veces el número de segadoras, 1'5 veces el número de máquinas de transplante de arroz y 6'3 veces el número de cosechadoras. El número de químicos se duplicó durante este mismo periodo.
En 1985, el volumen de las exportaciones ascendió a 11'680 millones de dólares, una cifra 74 veces superior a los niveles de 1946. El nivel de vida, que en precios constantes de 1970 era de 1000 dólares reales per capita, ascendió en 1979 a 1920 dólares y en 1986 a 2.400 dólares. Durante esa misma década, otros países asíaticos como China o India tenían medias de 1135 y 498 dólares reales por cabeza. El hecho es significativo porque 40 años antes, cuando Corea empezaba su revolución, China e India tenían indicadores similares a los de Corea.
En el aspecto social, la situación de Corea del Norte era también muy buena. La esperanza de vida ascendía en 1984 a 74 años, dejando por detrás a otros países asiáticos como India (58) o China (69) y siendo la mejor cifra de todo el bloque socialista, después de Cuba (75). Antes de la liberación, la esperanza de vida era de tan sólo 38'4 años, por lo que el logro es espectacular. Durante los 4 primeros años de la década de los 80, se construyeron 290 centros de atención médica, hospitalaria y de medicina preventiva y el número de médicos se multiplicó por 1'4 y el de camas de hospital se elevó en 106% (hasta 135'9 por cada 10'000 habitantes). De esta manera, el número de médicos por cada 10'000 habitantes ascendía a 27 en 1986. En Gran Bretaña, uno de los países más desarrollados de Europea Occidental, el número de médicos por cada 10'000 habitantes sobre la misma fecha era menor que en Corea del Norte: 18'2.
También en Estados Unidos (25'7) y otros países del “Primer Mundo” (Alemania, Suecia, Dinamarca,...). Si los países más avanzados no alcanzaban los niveles norcoreanos, los países asiáticos ni siquiera se acercaban a ellos, incluyendo a Japón (15) o Corea del Sur (6). Incluso dentro del propio bloque socialista, los niveles norcoreanos encabezan los indicadores de Asia, superando a China (13'6) o Vietnam (3'2). Los únicos países que superan a Corea son algunos países socialistas más desarrollados, como la RDA (31'9), Checoslovaquia (36'5) o la Unión Soviética (43'3).
Si hasta 1990, todos los planes económicos se fueron cumpliendo con normalidad, el plan sexenal (1987 – 1993) fue el primero en no dar los resultados esperados. No fue por debilidad interna, sino debido a la caída de la mayoría de socios comerciales de Corea del Norte (los países del bloque socialista) y al recrudecimiento del bloqueo internacional, con situaciones que llegaron hasta el bloqueo militar total en 1994.
De no haber caído el bloque socialista, el plan sexenal hubiera situado a Corea del Norte como un país plenamente del Primer Mundo. Los objetivos económicos eran producir 100,000 millones Kwh de electricidad, 120 millones de toneladas de carbón, 10 millones de toneladas de acero, más de 1'7 millones de toneladas de metales no ferrosos, 22 millones de toneladas de cemento, 15 millones de toneladas de cereales, 11 millones de toneladas de productos marítimos, 7'2 millones de toneladas de fertilizantes químicos, 1'5 millones de kilómetros de textiles y quitarle 300'000 hectáreas de terreno cultivable al mar.
El nivel de cumplimiento de estos objetivos en 1990 eran completamente normal.
En nivel de vida, el plan se hubiese traducido en la construcción de entre 150'000 y 200'000 viviendas cada año y la producción de alimentos hubiera asegurado el potencial consumo diario por persona de 175 gramos de carne, más de 400 gramos de pescado, un huevo, 30 gramos de aceite para cocinar, 300 gramos de frutas y 100 gramos de bollería, además, por supuesto, de un alto consumo de cereales (principal elemento de la dieta norcoreana). Cada año, además, corresponderían 76 metros de ropa por persona.
Todo esto quedaba recogido en el plan que lamentablemente se frustró a comienzos de los 90. Entre 1994 y 1998 se da una caída generalizada de los niveles productivos, debido a la suma de factores internos (desastres naturales, auto-dependencia,
carencia de petróleo) y externos (bloqueo económico, situación de máxima tensión política en 1994, caída del bloque socialista).
En 1994, además, muere el histórico dirigente de la Revolución: Kim Il Sung. Sin embargo, y a diferencia de otros países como China, el socialismo norcoreano demostró su vitalidad al superar la muerte de uno de sus dirigentes sin traicionar a los ideales socialistas. El momento era absolutamente delicado, debido a la situación internacional de total anti-comunismo y a la situación interna de crisis económica.
A partir de 1998, el país comienza de nuevo a crecer. Lentamente, todos los sectores de la economía se han ido recuperando y en 2008 comenzó un plan económico muy ambicioso que pretende situar en 2012 a Corea del Norte a las puertas de la “nación socialista próspera y desarrollada”.
Aquí concluye el análisis del contexto económico y político. Vamos a ver ahora el desarrollo de la educación durante este periodo.
2.7.1 – Algunos precedentes de la intelectualización de toda la sociedad en la década de los 70.
“Intelectualizar a toda la sociedad quiere decir formar a cada persona del país, una vez que adquiera su conciencia de clase obrera, como un hombre o mujer comunista integralmente desarrollado, que tenga el nivel técnico y cultural de un graduado universitario.” (Kim Il Sung)
En esta cita encontramos algunas de las claves para entender qué quiere decir en Corea del Norte intelectualizar a toda la sociedad. El objetivo final es que todas las personas del país tenga un nivel mínimo de un graduado universitario, base intelectual que según los norcoreanos tiene que adquirir cada miembro de la sociedad para poder construir la sociedad comunista.
Este objetivo tiene mucho que ver con la formación de los adultos mediante planes flexibles y versátiles que se adapten a las condiciones de cada miembro de la sociedad.
Más adelante veremos algunos de ellos, pero antes de eso tenemos que analizar cómo surge este objetivo.
El objetivo de intelectualizar a toda la sociedad se marca en el Sexto Congreso del PTC, celebrado en 1980. Pero durante los años 70 ya se avanzó en esta línea. Por ejemplo, en el Quinto Congreso del PTC se creó el movimiento de las tres revoluciones: técnica, cultural e ideológica.
Este movimiento, vigente a día de hoy, pretende avanzar desde distintos ámbitos hacia el comunismo. Es un movimiento, principalmente, de masas y que eleva el espíritu de independencia y conciencia ideológica.
¿Cómo se aplica? Por ejemplo, en lo referido a la revolución técnica, el objetivo fundamental es que los trabajadores de las empresas adquieran un sentimiento de ser auténticos propietarios de los medios de producción y que pierdan todo tipo de “miedo” a la tecnología y a la dirección.
En concreto, cada empresa del país tiene objetivos de producción marcados por la administración en función de sus capacidades productivas. Pero las asambleas de obreros pueden modificar esos objetivos si son irreales o si conscientemente deciden de superar esa barrera productiva. En este último caso, los obreros estarían participando en el movimiento de la revolución técnica.
Lo que a continuación hacen los trabajadores es trazar un plan de producción para alcanzar la cifra que se proponen: a través de trabajo voluntario, a través de innovaciones (investigación tecnológica, básicamente), a través de mejoras en el sistema de organización de la producción,... etc En cualquier caso, el simple hecho de marcarse este objetivo, trazar un plan y hacer sacrificios y trabajo práctico para cumplirlo, eleva la conciencia ideológica. Pero además, el país entrega todos los años la bandera de la revolución técnica a los obreros de las empresas que mejor cumplen con el objetivo del movimiento. La cuestión principal es que sólo se entrega a aquellas empresas en las que los obreros decidieron voluntariamente marcarse el objetivo. Es decir, no sería válido que “por inercia” o casualidad, una empresa consiguiera un alto rendimiento productivo y esto fuese considerado parte de la revolución técnica. Para que realmente se cumpla este avance, los trabajadores tienen que marcarse el objetivo de forma consciente.
En 2008, cuando participé en una delegación al país, pude acudir a la Exhibición de las Tres Revoluciones, donde se muestran los logros de este movimiento. De esta manera, los obreros de muchas empresas del país participan en este movimiento, lo cual supone un avance productivo a la vez que ideológico. Los obreros de las empresas que han logrado una bandera de las tres revoluciones, la colocan siempre a la entrada: es un orgullo para ellos, como colectivo.
Además, cabe reseñar otras dos medidas tomadas durante los años 70 y que sirven como precedentes a la tarea de intelectualizar a toda la sociedad. Por un lado, se crearon dos distinciones para condecorar al profesorado: Profesor del Pueblo y Profesor de Mérito.
Son distinciones que se entregan cada año entre aquellos profesores que son elegidos como trabajadores ejemplares en su propia asamblea. De la misma manera, la máxima distinción laboral que entrega el Estado, el título de Héroe del Trabajo, comenzó a otorgarse también a los profesores. Desde entonces y hasta 2007, alrededor de 550 profesores han recibido alguno de estos títulos.
Por último, tuvo lugar en septiembre de 1978 el mayor Congreso histórico de la historia de la Educación. Más de 15'000 profesores de todos los niveles acudieron a este encuentro celebrado en el Estado Cubierto de Pyongyang. Por cada escuela primaria y secundaria del país se invitaron a tres profesores, por cada universidad, a cinco. Además, también había profesores de institutos para adultos y de pre-escolar, funcionarios del Partido en el sector de la Educación, miembros de la Liga Juvenil Socialista Trabajadora, delegados extranjeros,...
En este encuentro, presidido por Kim Il Sung, se explicaron numerosas vías para mejorar el nivel de la Educación socialista. Uno de los asuntos fundamentales fue el llamamiento a la formación continua del profesorado, incidiendo especialmente en mejorar los niveles de conocimiento científico y en lenguas extranjeras. Además, se discutieron algunos errores en la aplicación del reciente sistema de educación se 11 años. También se aprobó por aclamación un slogan: “¡El Partido, el pueblo y el ejército; todos debemos estudiar!”. Aquí comienza la campaña de estudio para adultos que se extenderá desde la década de los 80.
Pero el Congreso no tendría sólo un efecto subjetivo sobre aquellos que pudieron acudir o seguirlo por televisión. El Congreso tuvo varias repercusiones prácticas. Por ejemplo, durante los siguientes años, la producción de medios audiovisuales de enseñanza creció en un 171%. A los profesores se les comenzó a considerar un sector prioritario a la hora de otorgar vivienda y mejoró su acceso a numerosas prestaciones sociales.
2.7.2 – El Sexto Congreso del PTC
El Sexto Congreso del Partido del Trabajo de Corea (1980) es el que hace un llamamiento a la intelectualización de toda la sociedad. El punto clave, en mi opinión, es que se entiende que para alcanzar este objetivo deben diversificarse los medios. Para empezar, se distingue entre la educación para adultos y el sistema normal de educación.
Educación para adultos Hasta el Sexto Congreso, el objetivo había sido elevar el nivel educativo de todos los trabajadores del país hasta el nivel de un graduado en secundaria.
Este objetivo se cumple a mediados de los años 70, al mismo tiempo que se alcanza el millón de personas con un nivel de graduado universitario.
El Sexto Congreso marca el objetivo de elevar el nivel cultural y técnico de todos los adultos del país hasta el nivel de un graduado universitario. Obviamente, este es un objetivo a medio y largo plazo, pero se ponen en marcha numerosas iniciativas para lograrlo. El objetivo fundamental es que los trabajadores manuales eliminen todo tipo de diferencias en cuanto a capacitación respecto a los trabajadores intelectuales. De esta manera, todo trabajador puede ser productor y dirigente al mismo tiempo, algo que se va acercando al ideal del comunismo.
Una de las primeras medidas en este sentido fue multiplicar el número de instituciones de enseñanza superior en las fábricas. Como se ha explicado en otros artículos, este sistema permite la formación sin apartarse de la producción. Al mismo tiempo, la formación tiene un sentido completamente práctico: se explican los conocimientos y se aplican en el mismo momento de las clases.
Si en 1970 el número de facultades en fábricas era de 35, el 1980 este número ascendió a 85. Sólo en 1984, se crearon seís nuevas instituciones de este tipo, en la industria metalúrgica, eléctrica, de maquinaria, en la automoción y en la minería.
Pongamos un ejemplo. En 1981, 126 mineros de la mina Kumsan (una de las minas del complejo minero de Ryongyang) recibieron educación superior en la modalidad de estudio sin apartarse de la producción. Mediante este modelo de educación recibieron el título de auxiliar de ingeniero.
Todos los graduados recibieron permiso para apartarse de la producción durante un año y completar sus estudios en cursos específicos preparados por la Facultad de Tecnología de la Universidad de Ryongyang.
En abril de 1981, la Asamblea Popular Suprema decidió generalizar este modelo de formación a todo el país, haciendo un especial esfuerzo en la formación de cuadros de las zonas rurales, que en general están algo rezagados respecto a las ciudades.
Especialmente, se decidió establecer un sistema de estudio invernal para campesinos, ya que en Corea el invierno es gélido y no se puede cultivar nada.
También se reformó el sistema de cursos por correspondencia, mezclándolo con el de clases en la tarde-noche. Hasta el momento, los cursos por correspondencia funcionaban enviando toda la documentación necesaria a los alumnos y haciéndoles acudir dos horas varias veces por semana a los centros de enseñanza, para explicar determinadas materias.
El nuevo sistema, desarrollado a partir de experiencias de la Universidad de Agricultura de Sariwon, le dio la vuelta al método. En el caso concreto de esta universidad de agricultura, cada día, los instructores van a determinadas cooperativas y dan las lecciones en las propias granjas. De esta manera, los campesinos matriculados tienen en su propia cooperativa clases de una materia diferente cada día, complementando los apuntes recibidos por correo. Básicamente, las clases presenciales sirven para hacer sobre la práctica lo que ya explican en la teoría los apuntes.
A partir de 1982, además, comenzó a emitir la Universidad por televisión, un proyecto que perdura hasta hoy.
Pero la iniciativa más ambiciosa, fue la construcción del Gran
Palacio de Estudios del Pueblo. La edificación de este palacio viene precedida del llamamiento a que Partido, Ejército y Pueblo estudien.
A principios de los 80 es cuando se implanta el “hábito revolucionario del estudio”, en palabras de Kim Il Sung. Todos los miembros del Partido y del Ejército y, de forma voluntaria, la mayoría de trabajadores del país, llevan a cabo un plan sistemático de estudio. En este sentido, se dan condiciones favorables al estudio. Por ejemplo, los sábados se definen como día de estudio y los trabajadores que así lo deseen pueden acudir a conferencias, a estudio colectivo, formación en idiomas, técnica,... Esto, sumado al sistema de estudio sin apartarse de la producción, a la posibilidad de apartarse del trabajo para formarse sin perder empleo y sueldo y al sistema de educación por correspondencia, crean un modelo diversificado de estudio para adultos.
Y aquí entra en juego el nuevo Gran Palacio de Estudios del Pueblo, construido en 1981 en el mismo centro de Pyongyang. Está situado en la Plaza Kim Il Sung. Durante 20 años después del fin de la Guerra, se mantuvo este lugar intacto, evitando colocar edificios gubernamentales, ya que se pretendía dar un uso “civil” al centro de la ciudad. Una vez finalizado, el edificio cuenta con 100'000 metros cuadrados de espacio y alberga 600 salas y 30 millones de libros. Cuenta con salas de conferencias, modernos escuelas de idiomas, salas de estudio, salas audiovisuales, salas de audiciones,... En él se organizan clases, discursos, debates, cursos cortos de formación, seminarios, conferencias científicas,... Todas las actividades se anuncian por televisión, radio y, a día de hoy, por la web. Por eso, muchos trabajadores de diversas zonas del país acuden a él para formarse.
El centro envía a ponentes, trabajadores de investigación y bibliotecarios a los lugares de producción para que investiguen, al tiempo que ofrecen materiales de formación a los trabajadores y traducen materiales extranjeros. Todo lo que puede decirse en palabras sobre este centro, probablemente se quede corto.
El Gran Palacio de Estudios del Pueblo, en el centro de Pyongyang. En Corea lo definen como un centro para la intelectualización de toda la sociedad
“El Gran Palacio de Estudios del Pueblo no es una mera biblioteca, sino la base central para la intelectualización de toda la sociedad y una universidad a distancia para todo el pueblo trabajador.” (Kim Il Sung).
Uno de los detalles más humanos que se encuentran en este centro es que cada una de las mesas de las salas de estudio tiene una altura regulable. Esto permite que acudan por igual niños y adultos, mujeres y hombres; en definitiva, personas de todas las alturas.
Desde el mismo momento de su apertura, el Gran Palacio ha estado en pleno funcionamiento. A él acuden más de 10'000 personas cada día. Desde entonces 1981 y hasta hoy, millones de personas han recibido formación en este centro.
“La Educación debe ser sensible a las realidades cambiantes y dinámicas de nuestro país. Todos los aspectos de la educación, incluyendo su contenido y métodos, deben mejorar y perfeccionarse de acuerdo a la realidad en desarrollo.” (Kim Il Sung, 1980)
La Educación escolar y universitaria también vivió cambios tras el Sexto Congreso del PTC. El Congreso expresó la idea de que la Educación debe “adaptarse al continuo desarrollo y profundización de la Revolución”. Esta idea también quedó recogida en el Séptimo Congreso de la Liga de la Juventud Socialista Trabajadora (Octubre 1981).
Básicamente, desde la década de los 80 y hasta día de hoy, la Educación ha ido perfeccionando algunos aspectos, pero sin vivir grandes cambios.
Por ejemplo, desde 1978 comenzó a incrementarse mucho los materiales audiovisuales. Especialmente, se reforzó la enseñanza científica y de idiomas extranjeros a partir de materiales audiovisuales.
Todas las escuelas del país comenzaron a incorporar aulas preparadas específicamente para el aprendizaje de idiomas. Se puso especial énfasis en que los materiales audiovisuales sirviesen a los profesores para romper la monotonía de las clases. También durante esta época se redujo la cantidad de horas de clase teórica y aumentó aún más las clases prácticas, que desde entonces son la amplia mayoría dentro de las horas lectivas. En junio de 1983 también se decidió construir una piscina cubierta en cada escuela del país, para ampliar las posibilidades de educación física. Ese año se construyeron 400 nuevas piscinas y se reconstruyeron o mejoraron 890.
Se reformó completamente el sistema de exámenes, de forma que no se pide a los alumnos aprender “de memoria”, sino un aprendizaje dialéctico de los conceptos y de su aplicación práctica.
Finalmente, es también en la década de los 80 cuando se formula por primera vez la educación para niños superdotados y se flexibiliza la educación para niños talentosos. En 1982, una chica de 13 años fue pionera en este aspecto. A sus 13 años, era especialmente talentosa en Bellas Artes. La Universidad de Pyongyang de Bellas Artes preparó un curso especial para ella, combinando la Educación General y Educación específica para desarrollar al máximo su talento. Esta práctica se generalizó. También se abieron colegios especiales para niños superdotados.
2.7.3 – Los últimos 20 años: Educación y nuevas tecnologías de la información.
Los años 90 son los años en los que Corea del Norte vive la primera crisis económica de su historia.
Los motivos son fundamentalmente externos, pero las consecuencias afectan a todos los sectores del país.
Uno de los objetivos clave hasta 1998 fue mantener las conquistas de la Revolución.
Dado que no se podía avanzar, al menos no retroceder. En este sentido, Corea ha seguido dando educación gratuita y obligatoria de 11 años a todos los jóvenes. El 100% de los gastos relacionados con la Educación no obligatoria también han seguido estando cubiertos por el Estado. Se mantiene toda la infraestructura educativa, la metodología y los contenidos, las actividades extraescolares y la Educación para niños talentosos. En general, no se retrocedió ni un solo paso, durante unos años en los que hubiese sido fácil reducir el presupuesto educativo.
Cuando en 1998 el país comienza a recuperarse progresivamente de la crisis, Corea se marca nuevos retos y comienzan a darse nuevos pasos hacia el objetivo de la intelectualización de toda la sociedad. Uno de los más destacables está relacionado con la introducción de la informática en la enseñanza.
A día de hoy, prácticamente no hay una sóla escuela en todo el país que no posea ordenadores, ya sea en las ciudades o en el campo. La Universidad Kim Chaek de
Tecnología fue pionera en crear una EBiblioteca, es decir, una biblioteca completamente dotada de medios informáticos. Le siguieron el Gran Palacio de Estudios del Pueblo y la Universidad Kim Il Sung. En total, 21 millones de volúmenes (libros, revistas, tesis doctorales,...) han sido digitalizados hasta el momento y se pueden consultar de forma gratuita desde cualquier ordenador del país. También se puede acceder a música y películas. Además, desde diciembre de 2007, la Universidad ha comenzado la tele-formación3. Las clases se graban y se pueden seguir en directo desde cualquier punto del país. Al final de las clases, los profesores responden a preguntas de los alumnos por medios digitales. Las clases quedan almacenadas y se pueden consultar en cualquier momento. También se pueden plantear preguntas por e-mail. En el primer año de funcionamiento, más de 120 clases fueron retransmitidas a través de este sistema.
Desde luego es más provechoso acudir a la clase de forma presencial, ya que el centro está dotado de modernos sistemas de presentaciones, imagenes 3D, audio,... Pero la posibilidad de acceder a unos conocimientos avanzados, aún sin participar de forma presencial en la clase, es un gran avance.
También existen numerosos programas de aprendizaje a través de software, por medio de programas de pregunta y respuesta, de reconocimiento de voz para aprendizaje de idiomas y de formación individualizada (avanzando en función del conocimiento personal, saltando rápido aquello que ya se domina y con muchos recursos para mejorar allá donde se necesita un refuerzo).
Es muy significativo contrastar este uso que Corea da a los recursos online con la tendencia que se va imponiendo en Occidente, más ligada a la protección de datos, la persecución del libre intercambio de archivos y cultura y a cobrar por acceder a materiales y artículos científicos. Bajo el socialismo, no se le ponen barreras al conocimiento, sino que este se pone al servicio del pueblo.
Mientras tanto, el capitalismo tiende a la mercantilización y, en consecuencia, a la restricción.
Desde luego, Corea no ha agotado las posibilidades que la red da a la formación. La exploración de este campo sólo está en sus primeros pasos y existen numerosos limitantes, como el bloqueo económico al que se ve sometido el país.
Hasta el momento, el país ha conseguido formar 2'100'000 personas con un nivel de graduado universitario. La rueda no deja de girar y se sigue avanzando. Estoy seguro de que en el futuro veremos nuevos y mayores éxitos en el ámbito de la formación.
3 – Principios de la Enseñanza en Corea
Hasta ahora, todos los puntos precedentes analizaban la historia de la Educación en Corea. En este punto se analizan los principios sobre los que ésta se asienta, principios que son inherentes a toda la historia de la Educación en Corea y que se han formado de modo progresivo.
3.1 – Juche y Educación
El marxismo del siglo XX ha interpretado de muy diferentes formas la construcción del socialismo.
Todas las teorías coinciden en una cosa: la sociedad comunista será una sociedad igualitaria. Pero a partir de ahí, cada partido puso énfasis en un aspecto diferente.
Algunas teorías incidieron más en el elemento material como aspecto clave para la construcción del socialismo. Es el caso, por ejemplo, de la Unión Soviética. Para los soviéticos, sólo se podría distribuir de forma igualitaria una vez existiera la abundancia generalizada. Es decir, el aspecto esencial es desarrollar al máximo las fuerzas productivas para acelerar la llegada de una sociedad de la abundancia generalizada, a partir de la cual se podrían comenzar a reducir las diferencias sociales progresivamente.
Sin embargo, para desarrollar al máximo las fuerzas productivas, en la versión soviética del socialismo, había que incentivar a los trabajadores a través, sobre todo, de incentivos materiales (primas a la producción) y de la creación de diferentes escalas salariales en función de la capacitación del trabajador. Es decir, los cuadros (ingenieros, directores de empresa, administradores,...) tienen un escala salarial superior a la de los trabajadores menos capacitados.
De esta manera, se fomentaba la formación y la productividad, pero apelando al interés material del trabajador.
Los soviéticos ponían el acento sobre la distribución4 (diferenciación de salarios, quién más produce y más formado está, más cobra), a pesar del peligro de crear diferencias sociales significativas.
Otras teorías consideraron que el aspecto fundamental del socialismo no es una mayor abundancia sino unas relaciones de producción de nuevo tipo. Por eso, en el trabajo diario no sólo deben producirse bienes materiales, sino que también deben reproducirse relaciones de producción socialistas. En esto hicieron hincapié, sobre todo, las teorías maoístas y guevaristas.
Tanto en China como en aquellas empresas cubanas que siguieron el modelo del Che, se pusieron en práctica experiencias en las que las formas de cooperación en el trabajo, el sistema de primas a la producción y la política de cuadros, no ahondaron las diferencias sociales, sino que las redujeron.
Por ejemplo, en la China maoísta, los ingenieros y directores de empresas debían trabajar un número de horas mensuales en labores manuales junto al resto de trabajadores. De esta manera, se evitaba reproducir la separación psicológica entre dirigentes y dirigidos.
En Cuba, los salarios eran fijos y todos los incentivos a una mayor productividad eran llamamientos político-morales o bien incentivos materiales que sólo se entregaban si era a todo el grupo y si el trabajo se había hecho de forma cooperativa. No se entregaban primas individuales.
En esta versión del socialismo, se intenta desarrollar al máximo las relaciones de producción socialistas y el impacto que éstas tienen sobre la conciencia. Sin embargo, el desarrollo de las fuerzas productivas en todos los países que adoptaron este modelo es menor que en aquellos donde se implantó un modelo de tipo “soviético”.
Corea no se mantuvo al margen de este debate. La idea Juche considera que para construir el socialismo se deben transformar la naturaleza (fuerzas productivas) y la sociedad (relaciones de producción), pero también al hombre. De estos tres aspectos, el fundamental es el último, ya que es el hombre quien cumple las otras dos funciones: transformar la naturaleza y transformar la sociedad.
La educación socialista, por tanto, tiene como principal función transformar al hombre. No sólo en la educación, en Corea siempre se antepone esta labor en todos los ámbitos de la vida. Pongo un ejemplo. En Corea, cada día de la semana un grupo de vecinos tiene asignada una serie de tareas comunitarias (jardinería, limpieza de calles, limpieza de señales de tráfico,...). Como todas las semanas, todo norcoreano tiene tareas comunitarias, esto genera un fuerte impacto sobre su conciencia ideológica. Es mucho más fácil que una persona que limpia la calle cada semana adquiera una conciencia cívica de no ensuciar, que si simplemente se lo hubieran enseñado en el colegio. Todo en Corea del Norte está pensado para transformar la conciencia ideológica del ser y consideraba positiva la diferenciación económica entre aquellos que más producían y los que menos.
Esto se justifica en que el socialismo es una sociedad en la que se espera “de cada cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo” humano.
Esto es así porque si el elemento fundamental de la construcción del socialismo es el ser humano, hay que desarrollarlo al máximo. Especialmente, hay que tener en cuenta, que las personas no tienen de forma innata ninguna ideología y que el la formación ideológica es un proceso gradual y constante. Por tanto, en ningún momento se puede dejar de lado.
Respecto a la Educación, en definitiva, es necesario entender que en Corea no es simplemente un proceso de adquisición de conocimientos o de autosuperación, sino fundamentalmente la transformación ideológica, técnica y cultural del hombre.
Tres son los atributos fundamentales que han de desarrollarse: el sentido de independencia, la conciencia y la capacidad creativa. Es necesario comprender que en Corea se entiende siempre al ser humano como un ser social, que sólo puede ser viable y tener éxito actuando en sociedad. Por tanto, por independencia no se entiende individualismo, sino que el ser humano como sociedad no vive subordinado ciegamente a la naturaleza o a la anarquía social, sino que de forma creativa (segundo de los atributos) planifica y reconstruye el mundo social y natural para ponerlo de acuerdo a sus intereses.
Esto sólo se puede hacer a través del tercer atributo, la conciencia, que en lo referido al mundo y la sociedad es el conocimiento científico de los mismos y en cuanto a la conciencia ideológica se refiere al conocimiento de su posición como reconstructor del mundo.
Esta es la manera de los norcoreanos de entender la construcción del socialismo.
En la Educación esto tiene dos aplicaciones. Por un lado, en cuanto a método, los alumnos deben ser capaces de desarrollar un sentido crítico e independiente. Esto se desarrolla más en un punto específico referido al método.
En cuanto a contenidos, desde un punto de vista Juche, es necesario formar revolucionarios que conozcan a la perfección el propio país y los requerimentos de la Revolución. Sólo así un coreano es capaz de saber cómo transformar la naturaleza y la sociedad de su propio país. Esto no excluye, desde luego, enseñar conocimientos referidos a otros países o procedentes de los mismos. Pero sí que exige que estos conocimientos se analicen de forma crítica, planteándose la siguiente pregunta: “¿Cómo es aplicable esto a la transformación de la naturaleza y la sociedad en Corea, en función de los requerimientos de nuestra Revolución”?
Por eso, los coreanos aprenden, fundamentalmente, aquello que es útil para construir el socialismo y el comunismo en Corea. Se pone énfasis en el pasado y presente de Corea, en su naturaleza, geografía, economía y cultura, en la política del Partido del Trabajo y en sus tradiciones revolucionarias.
3.2 – Gratuidad
Para los norcoreanos, el acceso a la Educación solo es genuino cuando ésta es gratuita.
En la mayoría de sociedades capitalistas, existe Educación obligatoria. Sin embargo, muchas personas no pueden acceder a la misma a partir de determinados cursos, ya sea por el coste de materiales escolares, prácticas de laboratorio, transporte,... o porque sus familias necesitan que todos los miembros, incluyendo los jóvenes, trabajen para poder sobrevivir.
Incluso allí donde existen determinados tramos de la Educación que son gratuitos, como es el caso del Estado Español, no existe un acceso igualitario a la enseñanza. Los hijos de las familias adineradas pueden permitirse una Educación privada, elitista y que no sufre determinados males que normalmente se asocian a la Educación pública: masificación de aulas, escasez de recursos y alumnos que sufren fracaso escolar como consecuencia de las situaciones que se viven en sus hogares.
Ninguna de estas situaciones suceden en Corea, donde toda la Educación es pública y gratuita. El 100% de los niños del país de entre cinco y dieciseís años están escolarizados. De esta manera, el Estado se responsabiliza enteramente de los jóvenes hasta la edad laboral. El resto de tramos de la enseñanza son también gratuitos, incluyendo prescolar, universidad, institutos técnicos superiores, educación para adultos,...
Los adultos pueden pedir bajas laborales para estudiar, durante las que conservan su sueldo y, en el caso de los trabajadores agrícolas, el 70% del valor de sus puntos de trabajo medios durante el último año.
No existen tasas de ningún tipo y son también gratuitas las prácticas, viajes de estudio, viajes al norte del país a lugares donde luchó la guerrilla, excursiones, transporte escolar, material escolar, actividades extraescolares... etc. El Estado entrega gratuitamente dos uniformes escolares al año, uno por cada tipo de estación (cálida o fría). No existen diferencias entre ciudad y campo en cuanto a condiciones de la Educación, salvo en lo referido al tipo de prácticas que tienen (un estudiante urbano aprende a manejar máquinas, coches,... y un estudiante rural a conducir un tractor). Tampoco existe diferencia entre sexos, siendo toda la enseñanza mixta.
La enseñanza social también es totalmente gratuita. Los estudiantes tienen cubierto acceso a bibliotecas, palacios de los niños, actividades socio-políticas,... Por último, se incentiva al estudio mediante un estipendio a los mejores estudiantes. Mientras que en Europa mercantilizamos la enseñanza, en Corea te pagan por estudiar.
3.3 – Contenidos, Pedagogía y Metodología
“El principio fundamental sobre el que se asienta toda la pedagogía socialista es que al final del proceso educativo, los alumnos deben ser personas revolucionarias, comunistas y de clase obrera.
Para ello, la Educación debe enseñarles las ideas revolucionarias del comunismo y, sobre esta base, el conocimiento científico del mundo y la sociedad. Por último, la Educación debe contribuir a que los alumnos desarrollen su condición física.” (Kim Il Sung)
Para ello, la Educación debe enseñarles las ideas revolucionarias del comunismo y, sobre esta base, el conocimiento científico del mundo y la sociedad. Por último, la Educación debe contribuir a que los alumnos desarrollen su condición física.” (Kim Il Sung)
El contenido de la Educación socialista es, por tanto, revolucionario, científico y realista.
Se compone de tres grandes bloques.
- Educación ideológica: El objetivo fundamental de la Educación en Corea, como habíamos visto, es transformar de forma integral al ser humano. La educación ideológica tiene un aspecto moral: crear hombres y mujeres nuevas, dotados de una moral comunista. Pero la educación ideológica es también, en Corea, la formación de una cosmovisión revolucionaria que permita entender la esencia profunda de los fenómenos sociales. En Corea el aspecto ideológico es el fundamental: “no sirve de nada a la sociedad una persona con fuerza física o conocimientos técnicos, si ideológicamente no es consciente y moralmente es un degenerado”. Juegan un papel importante la Unión de Niños y la Liga Socialista Juvenil “Kim Il Sung”, especialmente a la hora de formar en la moral comunista a los jóvenes.
- Educación científico-técnica: El objetivo es dar conocimientos generales y especializados que se adapten a las necesidades en desarrollo de la ciencia y la técnica del país. Este aprendizaje se da, fundamentalmente, sobre la práctica. El aprendizaje teórico sólo es completo una vez que se combina con la capacidad real de aplicarlo.
- Educación física y estética : El objetivo es, en el caso de la educación física, asegurar que los alumnos puedan tener éxito en su vida laboral adulta y en las tareas de la defensa nacional.
- La cultura física se trata de popularizar a través del deporte diario, en el que todos los alumnos participan. Todas las escuelas del país cuentan con piscina cubierta y la mayoría de ellas, también, con varias pistas de fútbol, baloncesto, volleyball,... Los deportes más populares son los de pelota, aunque también la natación y diversas modalidades de patinaje. Son famosos, también, los espectáculos deportivos masivos, como el Arirang, realizados por decenas de miles de estudiantes. De esta manera, se fortalece el sentido de colectivismo y organización.
En cuanto a metodología, el conocimiento se basa en la enseñanza heurística. Se trata de fomentar la independencia y creatividad de los alumnos a la hora de resolver los problemas. El educador es más bien un guía que induce hacia el conocimiento, pero que no dicta ni da clases magistrales. No se permite la coerción, el profesor siempre tiene que ser capaz de hacer avanzar por sí mismos a los alumnos en su conocimiento. Es importante el uso de materiales variados, especialmente los audiovisuales e informáticos.
Se valora mucho la fuerza del ejemplo, ya que las personas jóvenes son muy sensibles a las cosas nuevas y tienen un fuerte sentimiento de justicia. No existen exámenes donde se tengan que demostrar conocimientos aprendidos de memoria, sino que se busca un manejo dialéctico de los conceptos. Finalmente, tampoco se permite el castigo ni pegar a los alumnos. Se insiste en que los errores se arreglan mediante una persuasión incansable y haciendo ver a los propios infractores en qué se han equivocado. Aquí tiene mucha importancia la vida organizativa y la práctica de la crítica y la autocrítica, muy frecuentes en Corea.
Por otro lado, es importante comprender que en Corea, el aprendizaje práctico compone la mayor parte del programa educativo. La industria y los ministerios asignan parte de sus presupuestos a crear máquinas de última generación que van directamente a parar a las escuelas. De esta manera, los alumnos aprenden directamente sobre la práctica y en función de la última tecnología de la que dispone el país.
Pongamos un ejemplo. Durante un curso académico, un alumno de 14 años tiene de media unos 60 experimentos de física. Todos estos experimentos se realizan en dúos, de forma que todos los estudiantes pueden hacerlos personalmente. En la Educación superior, los experimentos se hacen de forma individual. En las Universidades de Tecnología, entre 35 y 40 semanas se dedican al aprendizaje en prácticas reales. En las facultades de Medicina, Pesca o Agricultura, las prácticas duran incluso más. Esto no quiere decir que los alumnos se dediquen a trabajar. Cuando van a hospitales, centros de producción, granjas cooperativas,... los alumnos se enfrentan a situaciones reales, pero siempre hay profesores que explican y guían el aprendizaje. Es una mezcla entre teoría
y práctica.
Finalmente, en Corea tiene mucha importancia la educación social y la vida militante, a través de actividades políticas y sociales desarrolladas, fundamentalmente, por la Liga Socialista Juvenil “Kim Il Sung”.
3.4 – El profesorado
Como hemos visto, el objetivo fundamental de la Educación en Corea es formar revolucionarios, transformar al ser humano. Por lo tanto, el rol y la responsabilidad del profesor va mucho más allá de la de un simple difusor de conocimiento o ilustrador. En Corea, a los profesores se les conoce como revolucionarios de carrera, cuya misión en transformar a los alumnos en revolucionarios.
El perfil de profesor-revolucionario no es fácil de adquirir. Los profesores tienen una intensa vida organizativa y política. Todo profesor está encuadrado en células del partido o en organizaciones de masas, como la Unión de Profesores, Unión de Artistas, Unión de Escritores,... en función de la especialidad.
Al mismo tiempo, los profesores tienen que ser competentes y saber trasmitir conocimientos.
Como en Corea han desterrado la clase magistral y han optado por un sistema heurístico, existe el dicho que para que un profesor pueda enseñar una cosa, necesita antes saber cien. El aspecto que determina la calidad de la Educación es la competencia del profesor.
Por eso, se organizan muchos y muy diversos cursos para mejorar los conocimientos científicotécnicos del profesorado, así como su nivel ideológico y la metodología de enseñanza.
Continuamente hay lecciones modelo, clases abiertas, foros científicos y educacionales, encuentros para intercambio de experiencias, seminarios,...
También existen numerosas publicaciones políticas, científicas y académicas destinadas a profesores. Entre ellas “El diario del Profesor”, “Kindergarten”, “Profesor del Pueblo”, “Cuaderno de Propaganda para Profesores”,... que incluyen revistas, periódicos, libros de referencia y colecciones de ensayos científicos.
Por otro lado, los profesores tienen numerosas visitas a lugares donde ocurrieron batallas revolucionarias, visitas de inspección y estudio en fábricas, empresas, cooperativas y establecimientos educativos y culturales. De esta manera, su formación es continua.
En cualquier caso, la formación básica de todo profesor es universitaria. La Universidad Kim Il Sung fue la primera en abrir una facultad de Educación, pero a día de hoy existen varias universidades estatales y al menos una regional en cada provincia.
Finalizando ya, puede resumirse que en Corea existe un gran respeto por la figura del profesor. Este tiene un rol diferente al de otros países, dado que la Educación tiene una misión más elevada: transformar al ser humano. La formación de los profesores tiene mucha importancia y sólo los revolucionarios pueden llegar a ejercer la profesión. Por eso, no es raro que muchos profesores hayan llegado a ser miembros electos de la Asamblea Popular Suprema. De esta manera, el profesorado es uno de los ejes sobre los que asienta la calidad de la Educación en Corea.
Juan Nogueira López
1 Economic Development in the Democratic People's Republic of Korea (Dr. Hong Sung Un). Los datos recogidos en esta primera parte, proceden de este libro. Estos datos coinciden con diversas publicaciones occidentales, de muy distinta procedencia (algunas incluso con claro sesgo anti-comunista). Es, por tanto, una fuente fiable, especialmente, porque muchas publicaciones occidentales se basan en visitas de campo de expertos europeos y americanos a la República Popular Democrática de Corea. Pongo algunos ejemplos Phillip Hookon Park: “Self- Reliance or Self-Destruction?” (?Auto-sostenimiento o Auto-destrucción?); White (1982), Harrison Salisbury (1972), Eberstadt (1993),...
2 Por ejemplo, en los años del Primer Plan Septenal (1971 – 1976), 414.000 familias de la ciudad y 472.000 familias del campo recibieron nuevas viviendas, de forma completamente gratuita.
3 http://www.kcckp.net/en/news/news_view.php?3+435
4 De hecho, el Manual de Economía Política de la URSS hablaba de “lucha enérgica contra el igualitarismo pequeñoburgués”