En esta última parte, cierro el análisis sobre la Educación en Corea. He analizado hasta ahora la historia de la Educación en la parte norte del país, así como los principios sobre los que se asienta.
Ahora quiero hacer un repaso de lo que sería la vida educativa de un norcoreano medio. Para contarlo, y sabiendo que a este artículo le preceden 4 largas exposiciones, voy a hacerlo en parte en forma de narración. La protagonista de esta ficción será una niña llamada Kim Mi Hyang.
4 – Primeros años: la edad pre-escolar.
La protagonista de nuestra narración, la niña Kim Mi Hyang, nace en febrero de 1981. Febrero es un mes muy frío en Corea, con temperaturas bajo cero en la mayoría de zonas de la parte norte de la Península. En concreto, Kim Mi Hyang ve la luz en una localidad del noreste del país, cercana a la frontera con China: Hoeryong.
La ciudad de Hoeryong fue creada en el siglo XV, como una de los seís puestos defensivos que el antiguo reino de Koryo estableció en sus fronteras. En el momento de nacer Kim Mi Hyang, de la antigua Hoeryong no queda nada. Hoeryong es ya una moderna ciudad minera e industrial, especializada en la producción de papel. El Hospital de Maternidad de Hoeryong está situado al pie de la colina Osan, por lo que desde las amplias ventanas de las habitaciones se pueden ver unas vistas espectaculares. Para la madre, el internamiento dura 7 días, cuyo coste equivale al salario
completo de dos meses. Sin embargo, a ella, al igual que a todas las personas del país, la atención médica se le da de forma completamente gratuita, sin excepción.
La madre de Hyang tiene desde el momento en nacer la pequeña 150 días de baja por maternidad. Durante este periodo, Kim Yong Mi mantendrá su salario y tiene la seguridad de que podrá reincorporarse a su trabajo cuando finalice su periodo de baja. Sin embargo, los padres de Hyang llevan tiempo pensando en mudarse a la capital del país, Pyongyang. Bak, el padre de Hyang, es ingeniero auxiliar de transportes, especializado en ferrocarriles. Su trabajo le obliga a vivir entre la capital y Hoeryong. Mi, por su parte, es ingeniera auxiliar en el sector eléctrico. En lugar de reincorporarse a su trabajo, ha pedido una licencia de un año para poder estudiar en la Universidad de Tecnología Kim Chaek de Pyongyang. Cuando finalice el curso, será promocionada al grado de ingeniera. Aunque aún no le han respondido, hay muchas posibilidades de que la respuesta sea positiva, ya que en Octubre del año anterior, el Partido del Trabajo de Corea adoptó el objetivo de intelectualizar a toda la sociedad. Esto se traduce en que las personas adultas tienen grandes facilidades para el estudio.
Durante los tres siguientes meses, a Hyang no le falta nada. Tiene continuas revisiones médicas y su madre tiene tiempo para poder atenderla. La comida, la ropa y la vivienda están subvencionadas, así que un miembro más para la familia no es una carga económica. Sin embargo, Mi está impaciente por saber qué pasa con el traslado a Pyongyang. Acude para ello a la oficina de atención al ciudadano de Hoeryong. Según el artículo 69 de la Constitución coreana, “El ciudadano puede presentar su queja o petición. El Estado debe procurar que las quejas y peticiones sean analizadas y respondidas imparcialmente según lo establecido en las leyes.“ Mi es muy consciente de ello y sabe que los funcionarios no pueden tratar los asuntos de forma burocrática, sino que tienen que responsabilizarse de los problemas de la gente y darles solución integral, mirando de forma humana por cada uno de los problemas. El funcionario afirma que está en ello, pero que le lleva tiempo porque hay que coordinar muchos aspectos: encontrar una nueva vivienda, que la Universidad Kim Chaek acepte la matriculación de Mi, que la empresa de
Mi busque un sustituto,... Sin embargo, unos días después de visitar la oficina, la familia recibe la noticia: se aprueba el traslado. La nueva residencia se situará en el barrio de Moranbong de Pyongyang, con opción de mudarse a los nuevos barrios de Munsu o Kuangbok, en cuanto termine su construcción. La mudanza se realiza en agosto, no sin los problemas del difícil transporte y las tortuosas carreteras entre la zona oriental y Pyongyang.
En septiembre, Mi comienza su curso en la Universidad Kim Chaek. De la misma forma que ella acude a un curso de la Universidad para especialización de trabajadores, 85 complejos fabriles cuentan con sus propios institutos superiores. Muchos trabajadores, también, optan por cursos nocturnos o por correspondencia. En cualquier caso, y volviendo a Mi, su hija necesita quedarse en una casa cuna cercana a la Universidad. En todo el país hay repartidas 27'795 casas cunas en ese momento. De esta forma, 936'000 niños en edad prescolar acceden a casas cuna. Mi puede elegir dónde le viene mejor que esté internada su hija: cerca de su lugar de trabajo, cerca de su lugar de residencia,...
En septiembre, Hyang aún solo tiene seís meses. Para los menores de siete meses, la casa cuna ofrece cuidados variados. A partir de los siete meses, en la casa cuna se esfuerzan por destetarlos y a partir del año y medio se les enseña a tomar alimentos variados. Una vez los niños alcanzan los tres años, comienzan a recibir educación pre-guardería. Cada casa cuna tiene un tamaño adecuado al número de alumnos admitidos y están bien equipadas. Esto contrasta con la situación antes de la Revolución, cuando en Corea no existían ni guarderías ni casas cuna.
En 1985, Hyang termina su periodo en casa cuna y accede a la guardería, donde recibe dos años de educación pre-escolar. El país da educación pre-escolar en guardería a 720'000 alumnos. Al igual que las casas cuna, hay guaderías en prácticamente todos los lugares. En el barrio Moranbong, en el que vive la familia, abrirá tres años después la guadería “Kim Jong Suk”, en régimen de semiinternado.
Esta guardería hubiera sido perfecta para la familia, pues el régimen de semi-internado hubiera sido muy flexible para Mi. En el régimen de semi-internado, los padres pueden recoger a sus hijos a cualquier hora. Incluso pueden dejarlos a dormir en la guardería.
Este modelo de guardería está diseñado específicamente para padres que tienen que viajar con frecuencia, como es el caso de Bak.
De hecho, existen tres modelos de casa cuna y guardería. El primer modelo, es el de guardería diaria, en el que los padres recogen a sus hijos cada día. El segundo modelo es semanal y el tercero mensual. Tanto el segundo como el tercero son de semi-internado.
La creación de la gigantesca red de casas cuna y guardería, tuvo en Corea un fuerte carácter de liberar a la madre del trabajo doméstico. Por eso, la primera guardería de la historia del país se llamo “8 de marzo”.
La guardería “Kim Jong Suk”, por su parte, tiene el nombre de una guerrillera procedente, precisamente, de la ciudad de Hoeryong. Por una diferencia de tres años, Hyang no pudo ingresar en esta guardería. Sin embargo, no existen diferencias sustanciales en cuanto a calidad entre las 37'000 guarderías del país.
Hyang accedió, finalmente, a la guardería “Changgwang”, no muy lejos del río Pottong. Uno de los aspectos fundamentales de los centros de educación pre-escolar es la atención médica. De forma gratuita, Hyang fue vacunada. Todas las casas cuna y guarderías están equipadas con instalaciones médicas actualizadas. Hyang y sus compañeros tienen amplias zonas al aire libre para jugar y desarrollarse físicamente.
También tienen aparatos de juegos que sirven para que los pequeños hagan, al mismo tiempo, gimnasia. Por otro lado, en las casas cuna y guarderías, se trata de fomentar el desarrollo de cualidades morales nobles y buenas maneras. Un dicho coreano dice que “un hábito adquirido a los tres años, persiste hasta los ochenta”. Por eso, desde su entrada en la casa cuna, a Hyang se le enseña a respetar a sus compañeros, a ofrecer las mejores cosas a otros en vez de arrogárselas para ella misma, a cuidar de los juguetes, las mesas, las sillas,... etc.
En pre-escolar, Hyang aprende a coger un lapiz, a escribir y leer frases sencillas, a contar y hacer aritmética sencilla, a cantar, bailar e incluso tocar instrumentos. Su guardería tiene unos 300 animales disecados, por lo que desde pequeña, Hyang aprende viendo y tocando por sí misma.
Como apoyo al aprendizaje, existen programas de radio específicamente para niños todas las
Niños en la guadería Kim Jong Suk, durante nuestra visita en 2008 mañanas, que sirven para las guarderías de todo el país. Además, se publica la revista Kotbong-ori, dirigida a niños en edad pre-escolar. En 2007 se mejoró el curriculum de las guarderías, perfeccionando el aprendizaje de la lengua coreana y de contar. Pero eso lo vivirá una generación posterior a la de Hyang.
Toda esta atención académica se complementa con medidas para dotar a las guarderías de las mejores infraestructuras posibles y de una alimentación adecuada. En las obras de construcción de barrios nuevos, como las vividas en Pyongyang durante los años 80, se antepuso la creación de guarderías y casas cuna a otro tipo de centros. Es cierto, en cualquier caso, que no siempre fue esto así, y que es a partir de los 60 cuando de le da un gran impulso a la construcción de una amplia red de pre-escolar. Por otro lado, cada guardería tiene asignada una granja que le provee cada día de productos frescos, como leche, yogures, arroz... Por todo esto, existe el dicho en Corea de que son la única república con reyes: todos los niños y niñas del país son los monarcas. Todas sus necesidades están cubiertas.
5 – Los años de primera y secundaria
Hyang ingresa en la escuela en 1987, con 6 años. Por delante tiene 11 años de educación obligatoria. Su nueva escuela es el instituto número, en el distrito de Pottonggang, cerca de su antigua guardería.
Su escuela está dotada de una biblioteca con 100'000 libros, varios laboratorios, piscina y una habitación dotada de la estructura de un coche, para enseñar a los alumnos sobre la propia práctica. La escuela tiene fama por un alto nivel en matemáticas y en los pasillos hay varios retratos de alumnos que en el pasado ganaron la Olimpiada Internacional de Matemáticas.
También los de Kim Nam Hyok y Ri Kwan Ho, antiguos alumnos de la escuela que hoy son científicos de renombre en Corea.
Desde 1956, el 100% de los alumnos en edad escolar cursan la educación primaria. Desde 1958, también la secundaria. La escuela de Hyang es una entre las más de 4792 que hay en todo el país.
Desde el primer curso, a Hyang le hacen pensar por sí misma. Sus profesores les suelen dividir en parejas para que preparen respuestas razonando en grupo y las clases se basan en lo que los docentes coreanos llaman un método heurístico. Suelen introducir material audiovisual y a partir de secundaria las prácticas serán cada vez más frecuentes.
En 1989, cuando Hyang cursa tercer curso, suceden varios acontecimientos importantes. Por un lado, la mejor amiga de Hyang, San, cambia de escuela. Tanto Hyang como San se habían especializado en tocar el violín, ya que desde pequeños, todos los niños coreanos aprenden a tocar por lo menos un instrumento. Pero San toca el violín con mucho talento, por lo que es admitida en la escuela Manjong de Pyongyang, especializada en música.
En primaria, la asignatura favorita de Hyang, en cualquier caso, era Ciencias Naturales. Además de ésta y Música, Hyang daba, entre otras, Dibujo, Matemáticas, Lengua Coreana, Silvicultura, Trabajos Manuales y Cultura Física. En secundaria, la educación se volverá más técnica e Estatua de una pionera, a la entrada de un instituto ideológica, con asignaturas como Química, Física, Biología, Matemáticas, Lenguas Extranjeras, Historia de la Revolución, Historia Universal,... Pero aún faltan unos años para la secundaria y muchas cosas van a cambiar en Corea entonces.
Por ahora, en verano de 1989, todo cambia de repente. La ciudad se viste de gala y por las calles comienzan a desfilar jóvenes de todo el planeta. Es el XIII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, el primero en celebrarse en un país asiático. Hyang, junto a cientos de miles de jóvenes del país, acude a ver los desfiles y los actos del festival.
Si un nombre se repite durante aquellos días es el de Rim Su Kiong.
Hyang, de aquella, no alcanza a comprender qué había hecho esa joven para merecerse el título de heroína. En realidad, muchas mujeres han recibido ese apelativo en Corea. Kim Jong Suk, por ejemplo, había encabezado un batallón mayoritariamente femenino, durante la guerra contra Japón. Por ello es conocida como una heroína de la independencia. Lie Gye San, una campesina pobre, había sido la heroína de la campaña de alfabetización. Y ahora Rim Su Kiong es la heroína de la Reunificación. Más tarde entenderá que Kiong es la representante del más importante sindicato estudiantil de Corea del Sur y que ha acudido de forma clandestina a Pyongyang, sabiendo que a su vuelta le esperaran las cárceles de Seúl. Rim Su Kiong marcha junto a miles de jóvenes del Festival hasta la frontera en Pammunjon. Cuando cruza la frontera, y delante de las cámaras del mundo entero, los soldados americanos se abalanzaron sobre ella y la introducen en un helicóptero. Su destino es la fría y gris sala de interrogatorios de la siniestra policía secreta surcoreana, en Seúl.
En fin, todo el Festival fue organizado a nivel local por la Liga de la Juventud Trabajadora Socialista, perteneciente a la Federación Mundial de la Juventud Democrática. La Liga, en Corea, no sólo organiza festivales. De hecho, este es sólo un aspecto secundario dentro de su actividad. La Liga Juvenil es una organización gigantesca a la que pertenecen bastante más de la mitad de los jóvenes de Corea. Tiene implantación en fábricas, escuelas, universidades y también en las fuerzas armadas. Se organiza a través de células de base, comités intermedios y un comité central. Cada cinco años se realiza un Congreso. La elección de los órganos y de los responsables es plenamente democrática, a través del centralismo democrático. Esto educa desde pequeños a los coreanos en el trabajo colectivo, la rendición de cuentas y la responsabilidad.
Con 8 años, Hyang aún no es miembro de la Liga Juvenil, pero sí de la Unión de Niños de Corea, la sección de pioneros. También su amiga San y la mayoría de chicos y chicas de su clase.
Si el año había comenzado con el sabor amargo de despedirse de su amiga San, el fin de 1989 Estadio Primero de Mayo, durante el XIII Festival Rim Su Kiong tiene un clima de incertidumbre. El muro ha caído, no se habla de otra cosa. Todo el mundo tiene clara la idea de que la Revolución sigue viva en Corea. Mientras a Gorbachov se le califica abiertamente como el “Judas del siglo XX”, Rodong Sinmun, el periódico de mayor tirada, afirma que en un país auto-suficiente como la RPD de Corea, no hay peligro de contagio, tras el derrumbe del campo socialista. Pero existe cierta preocupación, detras el optimismo oficial.
Una de las medidas que se toman tras 1990, es incrementar los contenidos político-ideológicos.
Ante todo, se busca evitar que los jóvenes, futuros sucesores de la Revolución, no estén preparados para afrontar el importante reto que Corea tiene por delante en los años 90.
En cualquier caso, nunca había habido realmente una relajación en aspectos ideológicos en Corea.
Hyang, desde sus años de guardería, había escuchado el nombre de Kim Il Sung, aunque entonces en forma de relatos ejemplificantes. Pero el estudio sistemático de ciencias sociales, con la política y las obras y el pensamiento del “Gran Líder” (como se le conoce en Corea del Norte) como centro, comienza a partir de la secundaria.
Entre 1991 y 1994, el país aguanta la embestida del bloqueo económico, tras el fin del comercio socialista. Los coches prácticamente desaparecen de las carreteras, así como numerosos servicios dependientes de los hidrocarburos. Pero para Hyang, la vida sigue siendo relativamente fácil. La austeridad decretada por el gobierno excluye en todo momento los servicios sociales, por lo que su escuela se mantuvo en las condiciones habituales. También siguieron abiertas las piscinas públicas, los parques juveniles e incluso, algunos fines de semana, el Parque de Atracciones de Mangyongdae.
Pero, especialmente, para alegría de Hyang, se mantienen abiertos los Palacios de los Niños y los Estudiantes. En total, hay repartidos más de 60 en todo el país. Son inmensos centros para actividades extraescolares. Los niños y niñas pueden acudir gratuitamente a practicar deportes, idiomas, arte, música,... Hyang acude con regularidad al Palacio de los Niños y los Estudiantes de Mangyongdae, a las afueras de la capital y el más grande de todo el país. En un mismo momento, 5000 niños pueden estar practicando distintos tipos de actividades dentro. Incluso en los momentos más difíciles, estos centros siguieron abiertos para los “reyes del país”.
Si hay un año en el que verdaderamente todo se torció para los norcoreanos, ese fue 1994, el inicio de la época más negra de la historia de Corea del Norte. El 8 de julio, Hyang acude como cualquier otro día a su escuela. Su profesor tiene los ojos enrojecidos y pasa varios minutos en silencio. Finalmente habla: Kim Il Sung ha muerto. Inmediatamente después, estalla a llorar. La misma escena se repite en numerosos lugares del país. Las calles se inundan de trabajadores, estudiantes, jubilados; hombres y mujeres, todo el mundo quiere dar la última despedida al legendario guerrillero. Trenes y autobuses abarrotados de gente llegan de todas partes del país. No queda ni rastro del habitual optimismo norcoreano.
Esta será la primera de una larga cadena de desgracias que afectan al país. Hyang tiene entonces 13 años. En los tres siguientes años, las inundaciones arrasan las zonas rurales, mientras Estados Unidos endurece el bloqueo económico.
Esta vez sí, la crisis se hace palpable a todos los niveles. La mayor parte de los días, la escuela funciona sin luz. Los alumnos tienen que acudir a clase con el abrigo puesto, porque no hay calefacción. Afuera, la temperatura desciende hasta los 10º bajo cero. En el interior del país, las temperaturas son aún más bajas.
Un compañero de clase de Hyang, Lee, es apadrinado por el Estado. Sus padres, ante el deterioro de las condiciones de vida, han emigrado a China. Lee, unos años después, acabará por explicar que sus padres tenían “baja conciencia ideológica” para afrontar la situación. Sus padres no serán los únicos en adolecer “baja conciencia ideológica” durante este periodo. La crisis es brutal, y el Partido pide a toda la población que trabajen como héroes anónimos: solo la heroicidad de sobrevivir al día a día, demostrando un alto espíritu de emulación socialista, sacará a Corea de la crisis.
Los primeros en dar ejemplo es la dirección revolucionaria. Los ministeriores funcionan sin luz y tienen que bajar a diario a recoger agua de las fuentes públicas. Kim Jong Il, nuevo líder del país, también decide dar ejemplo y los medios de comunicación publicitan que ha reducido sus comidas diarias a dos.
En su propia casa, Hyang también hace sólo dos comidas diarias. La situación es tan complicada que, en febrero, el día de su cumpleaños, su madre le prepara una ración extra de comida. Cuando se la da, ambas se echan a llorar.
Pero no todo es tristeza en el país. En 1995, Hyang ingresa en una ceremonia solemne en la Liga de la Juventud Trabajadora Socialista. A través de ella, Hyang tiene una intensa vida política durante estos años. Las reuniones son frecuentes y la actividad también. La célula de la clase de Hyang decide trabajar en la reparación del instituto después de las clases. Miles de jóvenes a lo largo del país toman iniciativas similares.
Ante la crisis, cualquier esfuerzo es poco y la Liga Juvenil pone todos los esfuerzos Cartel de la la Liga Juvenil Socialista por contribuir a la "Kim Il Sung" recuperación del país. Este tipo de contribuciones, además de ser útiles, crean una conciencia política entre quienes participan en ellas.
En 1996, en el 50 aniversario de la fundación de la Liga, ésta cambia de nombre para honrar a su fundador: Kim Il Sung. La Liga se llamará ahora Liga Juvenil Socialista “Kim Il Sung”. Dos años después, Hyang supera el examen de acceso a la Universidad. Ese año, la situación económica comienza a mejorar en Corea.
6 – La Universidad Kim Chaek
Con un padre dedicado al transporte ferroviario y una madre ingeniera especializada en la industria eléctrica, Hyang parecía predestinada a acabar estudiando en una universidad de tecnología. En Corea, las facultades de ingeniería se agrupan en universidades de tecnología.
Entre ellas, la más prestigiosa es la Universidad Kim Chaek, en Pyongyang. Kim Chaek fue uno de los grandes revolucionarios coreanos. Dirigió una de las columnas guerrilleras en la lucha independentista contra Japón y fue el primer Ministro de Defensa de la República Popular Democrática de Corea.
Kim Chaek murió en un bombardeo en la guerra contra Estados Unidos, en 1951. En su honor, la primera universidad de tecnología del país lleva su nombre, así como una ciudad de la costa oriental. Hyang accede a la facultad de la industria eléctrica. En Corea, las mujeres acceden igual que los hombres a los puestos de dirección de la industria y, de hecho, el ministerio de la energía está actualmente dirigido por una mujer. Sin embargo, antes de acceder a la universidad, Hyang tiene que hacer una elección vital: ingresar o no en el Ejército Popular.
En Corea, el servicio militar es obligatorio para los hombres y voluntario para las mujeres. No por ello dejan de alistarse mujeres al órgano militar. El periodo de servicio es muy amplio: 5 años. El ejército cumple muchas más funciones en Corea que en un país capitalista. En Corea, los soldados no sólo manejan armas, sino que realizan obras de construcción y sirven a la población. Tienen el deber de salvaguardar las conquistas del socialismo en el país y es un cuerpo muy ideologizado.
El Ejército Popular no se entiende en el clásico sentido jerárquico y despótico que tiene en
Occidente (1). Hyang, como mujer, tiene la posibilidad de no entrar en el
Ejército Popular. Y como todo coreano, en caso de querer hacerlo, tiene la posibilidad de acceder a la institución militar antes o después de sus estudios superiores. Hyang quiere ingresar en ese mismo momento y hasta 2003 permanecerá en la institución.
En las universidades coreanas, es muy clara la diferencia entre aquellos que realizan sus estudios superiores tras haber pasado la experiencia del Ejército Popular y quienes proceden de la secundaria.
No sólo es una cuestión de la madurez que dan los años, sino del espíritu de disciplina consciente, camaradería y abnegación con la que la mayoría de soldados salen tras su experiencia.
El año 1998, en el que Hyang ingresa en el Ejército Popular, no es únicamente el primer año en el que Corea comienza a recuperarse económicamente. También es el 50 aniversario de la fundación de la República Popular Democrática y el año en el que Corea sorprende al mundo enviando un satélite al espacio. El orgullo nacional es palpable en las calles y un espíritu de superación comienza a resurgir.
Cuando Hyang se licencia a finales de 2002, el país aún sigue en proceso de recuperación. En los meses antes de entrar definitivamente a la Universidad, Hyang se ofrece voluntaria en una de las brigadas juveniles de choque de la Liga Juvenil. Estas brigadas contribuyen a gigantescas obras de construcción a través de trabajo voluntario. Autopistas, obras hidraúlicas, túneles,... han sido renombrados con el nombre de “juvenil” o “heroica juventud”, para remarcar el hecho de que se construyeron con el sudor voluntario de la juventud coreana.
En 2003, Hyang por fin ingresa a la universidad. La Universidad Kim Chaek cuenta con modernas instalaciones, numerosos laboratorios, salas de prácticas y una biblioteca con 100'000 libros. En 2006 se termina la nueva biblioteca, llamada e-biblioteca, porque aprovecha al máximo las posibilidad de la web. Las clases se pueden seguir a través de cualquier ordenador del país, tanto en directo como en diferido. Los profesores responden dudas tras las clases.
En total, 21 millones de ejemplares están gratuitamente a disposición del alumnado y de cualquier persona del país. Muchos de los libros son importados y existen numerosos equipos de traductores para pasar el texto al coreano. Hyang solo conoce la nueva e-biblioteca en su último año de carrera.
Sin embargo, el aprendizaje durante los años anteriores ha sido muy fructífero: más de la mitad de las clases han sido prácticas, fomentando la experimentación de la propia Hyang, los profesores permanecen un determinado número de horas en la facultad, para que los alumnos puedan hacer todo tipo de consultas, etc. Además, la propia universidad tiene un centro polideportivo, incluyendo pistas de baloncesto, volleyball, fútbol y una piscina.
El último año de carrera, Hyang lo combina con trabajo práctico real en una nueva central hidroeléctrica, dentro de las muchas que se construyen durante este periodo en el Norte de Corea.
En el momento de graduarse de la universidad, en 2007, Hyang se convierte en una entre
2'100'000 personas con estudios superiores del país. En 1945, momento de la liberación del país, tan solo había 9 personas con estudios superiores. Si entonces no había ninguna universidad en todo el país, ahora existen alrededor de 300 universidades y más de 500 centros superiores especializados.
Esto es, sin duda, prueba del enorme empeño que existe en Corea por dotar a las personas con los conocimientos técnicos suficientes y la conciencia ideológica necesaria para transformar la naturaleza y la sociedad, objetivo central del comunismo, en su manera de entenderlo. Gracias a eso, Hyang, y muchas personas como ella, tienen y han tenido la posibilidad de estudiar dentro de uno de los sistemas educativos más avanzados del planeta. De esta manera, el capital humano es uno de los principales recursos con los que cuenta el socialismo coreano, más poderoso que cualquier arma nuclear.
Juan Nogueira López
1 “El poderío de un ejército revolucionario está en su superioridad político-ideológica. […] Nuestro Partido guía la revolución y su construcción mediante la dirección colectiva de sus comités a todos los niveles. [..] En el Ejército Popular también se debe hacer que sus respectivos comités del Partido debatan y decidan todo de modo colectivo. […] En cuanto a los cargos militares, existen diferencias entre superiores e inferiores, pero en la vida partidista no puede haberlas, todos deben tomar parte en ella con iguales derechos y deberes. […] Si una persona no recibe la educación y el control necesario, degenera inevitablemente. […] [Por eso] se debe promover altamente la democracia [y la crítica]” (Kim Jong Il, “Para elevar el papel de las organizaciones del Partido y otros órganos políticos del Ejército Popular)
Esta quinta parte es la última del artículo "La Educación en la RPD de Corea", por Juan Nogueira.