El imperialismo está intentado utilizar las revueltas populares del mundo árabe en su propio beneficio, difamando acerca de su carácter. Para ello utiliza los grandes medios de comunicación, en manos de las multinacionales de la información.
Esta ofensiva ideológica está siendo desarrollada con especial ahínco en contra de Libia, un país que aunque no sea para los comunistas un modelo a seguir, sí que mantiene unas posturas contrarias al imperialismo de EEUU y la UE, en favor de su Pueblo.
Para llevar a cabo esta ofensiva, el imperialismo difama a través de los medios de comunicación en aquellos países donde los controla. Evidentemente, en los países donde no controla los medios de comunicación por su carácter antiimperialista y/o socialista, su estrategia se desarrolla de manera diferente, utilizando otras formas de difusión.
Podemos encontrar un ejemplo en la RPDC (Corea del Norte) donde, hace una semana aproximadamente, Corea del Sur (la colonia títere del imperio yanki) lanzó sobre territorio norcoreano alimentos, medicinas, radios y panfletos con información sobre las revueltas en el mundo árabe, según informaciones de una parlamentaria surcoreana.
Por lo visto, la intención de Corea del Sur con este envío de propaganda era promover un cambio político en la RPDC, informando de las revueltas árabes para extender la revolución al país.
¿Pero por qué el Pueblo norcoreano va a sentir la necesidad de hacer una revolución si ya se levantó contra el imperialismo y el capitalismo a mitad del siglo pasado? RPDC es un estado libre de la opresión imperialista. Su población no está oprimida por la bota de una potencia extranjera.
Todo lo contrario ocurre en países como Túnez, Egipto, Marruecos, Palestina, Bahrein, Jordania o Yemen, que es donde precisamente se están dando estos levantamientos.
Los pueblos árabes reclaman democracia y soberanía. El imperialismo es totalmente opuesto a ambas reivindicaciones. El imperialismo pretende subyugar a los pueblos, robándoles sus recursos e impidiendo el progreso de la población.
En Corea del Norte, el Pueblo tiene el poder. Esta ofensiva ideológica por parte de Corea del Sur no es más que otro capítulo de la contrarrevolución que el imperialismo quiere imponer en la RPDC.
El envío de alimentos y medicinas pretende desfigurar la realidad de la RPDC, un país que no sufre problemas de alimentación y que tiene un elevado grado de desarrollo en el campo de la medicina.
Si el gobierno surcoreano quiere hacer algo por sus compatriotas del norte, que rompa con su aliado imperialista (EEUU) para así acabar con el bloqueo que éste tiene impuesto sobre el norte.
Viva la revolución antiimperialista árabe
No al ofensiva imperialista de la OTAN
Redacción de Corea Socialista